Los musulmanes,
con ansias de conquistar, usurparon las tierras de España. Solo un pueblo
sobrevivió a su poder, Asturias. Pelayo, el más noble de todos los nobles
visigodos, hombre enérgico, malcarado y poderoso, da un golpe de impacto en Covadonga.
Allí empieza la rebelión por parte de los cristianos para recuperar sus tierras
perdidas. Pelayo vivirá aventuras de todo tipo, tristes y alegres, nefastas y
maravillosas, hasta que ni con su muerte morirá su estela, la estela de
recuperar todo lo perdido, la estela que perdurará en todo cristiano, la estela
de Don Pelayo.


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